Después de hacer tanto equilibrio en punta de pies, de tratar de no decir una palabra más alta que la otra como sucede en Libra, aparecen los amenazantes nubarrones en el horizonte, que anuncian la inminente tormenta escorpiana.
Es el segundo signo de Agua. Cáncer, en tanto cardinal tiende a volcar su emocionalidad en el entorno; Escorpio es fijo, por lo cual pondrá a prueba reiteradamente las emociones propias y ajenas hasta estar seguro que resisten y son duraderas.
Mientras en Tauro, el signo opuesto, el individuo toma conciencia de lo que necesita para su subsistencia material y concreta, aquí se tornará urgente conocer los matices psíquicos necesarios para la subsistencia emocional.
El Otro no sólo aporta la mirada que refleja y nos hace sentir que existimos como sucedía en Libra, sino que el Otro arrastra una cantidad de conflictos que entrarán en colisión con los propios.
Para quitarle la carga dramática innecesaria, visualicemos una escena habitual: dos niños pequeños, uno va de vista a casa del otro. El anfitrión ofrece sus juguetes con la intención de atraer y lograr que su amiguito se quede. A poco de andar se escuchan los gritos de una pelea "in crescendo": "me quitaste el autito que era mío" "tú me quitaste primero el mío" "pero ese lo quería yo" etc, etc. ¿Qué sucedió? que luego de un primer acercamiento libriano ("te ofrezco..." "muchas gracias") surge la conflictiva del Escorpión.
En términos tal vez demasiado resumidos, definiría el drama del Escorpión así: ¿cómo estar con el otro sin dejar de ser sí mismo? Ya pasó por Libra y sabe que el hombre necesita del prójimo ¿pero cuánto? Perdió la inocencia del signo anterior en relación a que los vínculos son buenos en sí mismos; el Escorpión sabe que ninguna relación es inocua: nos modifica y somos modificados, pero cuánto y cómo se convierten en temas centrales.
En la antigüedad se lo representaba mediante la figura del ave fénix y también del águila. Ambos representan el proceso de transformación. El fénix, luego de consumirse en el fuego, retorna a una vida inmortal; el águila baja a la tierra, pica y de inmediato emprende vuelo hacia las alturas.
Estos símbolos marcarían uno de los caminos posible para Escorpio: impregnarse de lo más oscuro de lo humano para luego elevarse por sobre las pasiones destructivas. Es el conocimiento que posee el terapeuta, el chamán, aquel que no se asusta frente a la oscuridad porque la ha trascendido.
Otro símbolo para este signo es la serpiente que muda periódicamente su piel, así el Escorpión en cada crisis profunda se acerca más a su esencia. También podemos reflexionar sobre la ambigüedad de la serpiente en el mito del Génesis. Tienta a Eva para que coman el fruto del árbol del conocimiento, aquel que les hará perder la inocencia primigenia para constituirse como humanos. La serpiente emplumada de la antigua tradición mejicana, grafica la posibilidad de arrastrarse por el polvo y volar por las alturas, un rico simbolismo de unión entre lo bajo y lo alto.
Por último, en su peor versión, también se lo representa como un escorpión, animal que tiene el cuerpo marcado en ocho secciones (recordemos que el Escorpión es el octavo signo del zodiaco). Existe una creencia africana de evitar pronunciar su nombre, pues nombrarlo desencadena fuerzas contra uno mismo. Según una leyenda malí, uno de sus cuernos se denomina violencia, el otro, odio mientras que el estilete de su cola se llama punzón de la venganza. Violencia, odio, venganza son tres sentimientos intensos en la vida de los escorpianos.
Para Libra, la vida en comunidad es tanto una necesidad como una conducta ideal, en Escorpión esta realidad se torna intensa e ineludible, tomando el carácter de un impulso vital, el del deseo. Mientras que el primero sabe que la comunión con el otro es posible y trabaja en pos de ella, el segundo se identifica totalmente con el ansia de fusión. Por esta razón se relaciona con frecuencia al Escorpión con la sexualidad.
En el cuerpo humano rige, justamente, los órganos genitales además del aparato excretor. Y así como la sexualidad puede conectar con lo más primitivo del sujeto, también puede conectarse con lo más sublime, de manera que el Escorpión vivencia el infierno y el cielo sin poder, muchas veces, diferenciar uno y otro.
Son personas calladas, profundas, emocionalmente complejas y reservadas, difíciles de conocer y entender. Extremadamente sensibles, demuestran poco y sólo permiten a unos pocos ingresar en su mundo interior.
Como un animal cauteloso, es precavido y desconfiado con los desconocidos, hasta que su intuición los "olfatea". De reacciones inmediatas y poderosas frente a la gente, aunque le cuesta articular con claridad por qué siente lo que siente. Sus percepciones y sentimientos son más profundos que lo que las palabras pueden expresar.
Los guía una necesidad poderosa de relacionarse intensamente, construyendo lazos de amor y adhesiones que los torna posesivos y celosos frente a lo que pueden percibir como amenaza a su vínculo con la persona elegida.
Cuando se comprometen con algo o alguien lo hacen desde las vísceras, pidiendo a su vez dedicación y lealtad totales. Se une tanto al otro que las separaciones se tornan dolorosas, como si perdiesen una parte de si, con lo cual fácilmente caen en escenas tormentosas y dramáticas.
Cuando se sienten heridos por la actitud ajena, no pondrán jamás la otra mejilla y esperarán el tiempo que sea para vengarse. No olvidan el daño sufrido y guardan rencores y desavenencias por largo tiempo. Saber perdonar no es una cualidad incluida en su repertorio de conductas. Pero de la misma manera, cuando han recibido una ayuda, sera fieles y leales a quien se las ha ofrecido.
Sus vidas están teñidas por la pasión y el fervor, cayendo fácilmente en actitudes extremistas. El justo medio, lo tibio, los grises, son caminos que nunca elegirán transitar, por lo tanto, o se involucran al 100% con alguna cosa o dicha cosa no existe, generándose una marcada estrechez de visión. Es casi imposible que tomen una actitud objetiva o desapasionada, actitudes que en el fondo desprecian. Su criterio de jugarse al "todo o nada" los torna un tanto fanáticos.
Dueños de una voluntad y un tesón notables para conseguir sus objetivos, a veces, rayan en la obsesión. Poseen orgullo, valor y una intensa fuerza emotiva.
Se fascinan ante lo misterioso, escondido, secreto y oscuro de la vida. Nunca aceptan las cosas por sus apariencia visibles y buscan más allá de la superficie para descubrir qué ocurre en realidad en lo profundo de los seres humanos o de las circunstancias, en una actitud más cercana al escepticismo que al idealismo.
Es el segundo signo de Agua. Cáncer, en tanto cardinal tiende a volcar su emocionalidad en el entorno; Escorpio es fijo, por lo cual pondrá a prueba reiteradamente las emociones propias y ajenas hasta estar seguro que resisten y son duraderas.
Mientras en Tauro, el signo opuesto, el individuo toma conciencia de lo que necesita para su subsistencia material y concreta, aquí se tornará urgente conocer los matices psíquicos necesarios para la subsistencia emocional.
El Otro no sólo aporta la mirada que refleja y nos hace sentir que existimos como sucedía en Libra, sino que el Otro arrastra una cantidad de conflictos que entrarán en colisión con los propios.
Para quitarle la carga dramática innecesaria, visualicemos una escena habitual: dos niños pequeños, uno va de vista a casa del otro. El anfitrión ofrece sus juguetes con la intención de atraer y lograr que su amiguito se quede. A poco de andar se escuchan los gritos de una pelea "in crescendo": "me quitaste el autito que era mío" "tú me quitaste primero el mío" "pero ese lo quería yo" etc, etc. ¿Qué sucedió? que luego de un primer acercamiento libriano ("te ofrezco..." "muchas gracias") surge la conflictiva del Escorpión.
En términos tal vez demasiado resumidos, definiría el drama del Escorpión así: ¿cómo estar con el otro sin dejar de ser sí mismo? Ya pasó por Libra y sabe que el hombre necesita del prójimo ¿pero cuánto? Perdió la inocencia del signo anterior en relación a que los vínculos son buenos en sí mismos; el Escorpión sabe que ninguna relación es inocua: nos modifica y somos modificados, pero cuánto y cómo se convierten en temas centrales.
En la antigüedad se lo representaba mediante la figura del ave fénix y también del águila. Ambos representan el proceso de transformación. El fénix, luego de consumirse en el fuego, retorna a una vida inmortal; el águila baja a la tierra, pica y de inmediato emprende vuelo hacia las alturas.
Estos símbolos marcarían uno de los caminos posible para Escorpio: impregnarse de lo más oscuro de lo humano para luego elevarse por sobre las pasiones destructivas. Es el conocimiento que posee el terapeuta, el chamán, aquel que no se asusta frente a la oscuridad porque la ha trascendido.
Otro símbolo para este signo es la serpiente que muda periódicamente su piel, así el Escorpión en cada crisis profunda se acerca más a su esencia. También podemos reflexionar sobre la ambigüedad de la serpiente en el mito del Génesis. Tienta a Eva para que coman el fruto del árbol del conocimiento, aquel que les hará perder la inocencia primigenia para constituirse como humanos. La serpiente emplumada de la antigua tradición mejicana, grafica la posibilidad de arrastrarse por el polvo y volar por las alturas, un rico simbolismo de unión entre lo bajo y lo alto.
Por último, en su peor versión, también se lo representa como un escorpión, animal que tiene el cuerpo marcado en ocho secciones (recordemos que el Escorpión es el octavo signo del zodiaco). Existe una creencia africana de evitar pronunciar su nombre, pues nombrarlo desencadena fuerzas contra uno mismo. Según una leyenda malí, uno de sus cuernos se denomina violencia, el otro, odio mientras que el estilete de su cola se llama punzón de la venganza. Violencia, odio, venganza son tres sentimientos intensos en la vida de los escorpianos.
Para Libra, la vida en comunidad es tanto una necesidad como una conducta ideal, en Escorpión esta realidad se torna intensa e ineludible, tomando el carácter de un impulso vital, el del deseo. Mientras que el primero sabe que la comunión con el otro es posible y trabaja en pos de ella, el segundo se identifica totalmente con el ansia de fusión. Por esta razón se relaciona con frecuencia al Escorpión con la sexualidad.
En el cuerpo humano rige, justamente, los órganos genitales además del aparato excretor. Y así como la sexualidad puede conectar con lo más primitivo del sujeto, también puede conectarse con lo más sublime, de manera que el Escorpión vivencia el infierno y el cielo sin poder, muchas veces, diferenciar uno y otro.
Son personas calladas, profundas, emocionalmente complejas y reservadas, difíciles de conocer y entender. Extremadamente sensibles, demuestran poco y sólo permiten a unos pocos ingresar en su mundo interior.
Como un animal cauteloso, es precavido y desconfiado con los desconocidos, hasta que su intuición los "olfatea". De reacciones inmediatas y poderosas frente a la gente, aunque le cuesta articular con claridad por qué siente lo que siente. Sus percepciones y sentimientos son más profundos que lo que las palabras pueden expresar.
Los guía una necesidad poderosa de relacionarse intensamente, construyendo lazos de amor y adhesiones que los torna posesivos y celosos frente a lo que pueden percibir como amenaza a su vínculo con la persona elegida.
Cuando se comprometen con algo o alguien lo hacen desde las vísceras, pidiendo a su vez dedicación y lealtad totales. Se une tanto al otro que las separaciones se tornan dolorosas, como si perdiesen una parte de si, con lo cual fácilmente caen en escenas tormentosas y dramáticas.
Cuando se sienten heridos por la actitud ajena, no pondrán jamás la otra mejilla y esperarán el tiempo que sea para vengarse. No olvidan el daño sufrido y guardan rencores y desavenencias por largo tiempo. Saber perdonar no es una cualidad incluida en su repertorio de conductas. Pero de la misma manera, cuando han recibido una ayuda, sera fieles y leales a quien se las ha ofrecido.
Sus vidas están teñidas por la pasión y el fervor, cayendo fácilmente en actitudes extremistas. El justo medio, lo tibio, los grises, son caminos que nunca elegirán transitar, por lo tanto, o se involucran al 100% con alguna cosa o dicha cosa no existe, generándose una marcada estrechez de visión. Es casi imposible que tomen una actitud objetiva o desapasionada, actitudes que en el fondo desprecian. Su criterio de jugarse al "todo o nada" los torna un tanto fanáticos.
Dueños de una voluntad y un tesón notables para conseguir sus objetivos, a veces, rayan en la obsesión. Poseen orgullo, valor y una intensa fuerza emotiva.
Se fascinan ante lo misterioso, escondido, secreto y oscuro de la vida. Nunca aceptan las cosas por sus apariencia visibles y buscan más allá de la superficie para descubrir qué ocurre en realidad en lo profundo de los seres humanos o de las circunstancias, en una actitud más cercana al escepticismo que al idealismo.
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